¿Donde están? ¿a dónde se van? ¿quién los ve y los escucha?
Quién escuchará el aceite hervir en la sartén donde tu abuela me preparaba el almuerzo antes de ir al colegio 3023 y quién mirará mi sonrisa al ver a mi madre ponerme la insignia de policía escolar con cordón rojo o escuchará mi llanto en el cuarto de los hombres de la pequeña casa de mi padrino, por escuchar la canción “mi viejo” de Piero - solo tenía 6 años y ya saboreaba la melancolía-.
Dónde quedaron las noches cuando buscaba a mi hermana que miraba a su hermano menor preocupado por ella y se escapaba de casa donde no soportaba el que ya fuera una adolescente libre. Quién verá su sonrisa liberada por el alcohol diciéndome: “no te preocupes, diles que no me encontrastes”.
Quién me vera patinar feliz a los 11 años en el parque Senati, sintiéndome libre, y quién me vera ver a Cecilia con mirada enamorada, bailando la música de los huevones de “Menudo” solo porque ella era fanática y yo me moría de ganas de besar por primera vez; quién sentirá el dolor en las palmas de mis manos al saber que me dijo que no y quién verá los labios de Gina diciéndome que "sí quería ser mi primera novia".
Quién escuchará la voz llorosa de mi hermano en el dormitorio, drogándose delante mío y diciéndome: “tu nunca lo hagas, cabezón, nunca lo hagas” y quién vera verme correr con cinco años a los brazos de mi padre y agarrar su brazo fuerte o quién escuchará a Víctor Jara cuando le preguntaba a mi hermana mayor qué era el comunismo y ella, una universitaria samarquina de los 70, me contestaba segura y sin dudas: “lo justo”.
Quién me vera en la noche fumar cigarros en el invierno del 84, convertido en cadete del viejo colegio militar Leoncio Prado, o leer la carta de Magaly diciéndome: “espero que se acabe tu castigo en el colegio para podernos vernos mi amor”. Quién me vera corriendo borracho por el parque de las mil veredas escuchando Narcosis huyendo de los policías, evitando la batida cagándome de risa, o quién me verá pogear con Los Erecthus, escuchando ACDC y, luego, mi madre preocupada por verme borracho otra vez. Quién me vera bailar boleros con ella solos en la sala de mi casa ya con veintitantos años,o verá su rostro cercano a la muerte diciéndome “te extraño mucho”. Quién verá el rostro de tu abuelo al enterarse que choque el carro borracho, otra vez, diciéndome: “yo ya estoy viejo, es hora que madurez”.
Quién me verá triste escuchar a Charly Parker y verá el rostro de mi hermano en la noche de apagón diciéndome: “me voy del Perú ,no volveré a regresar, confía en el señor cabezón. ¡Vamos, cabezón, abrázame que no volverás a verme!”. Quién me observará ver la calle desde muy alto deseando saltar y ser libre por una puta vez.
Quién escuchará las risas de mis hermanos y mis padres alrededor de la mesa familiar y ser feliz por ser parte de ella o quien verá a través de mis ojos de púber el cartel colgado por mis hermanas en la fachada de mi casa “feliz año 1980”. Quién me verá en el centro de Lima mojado por la lluvia, de inicios de los noventas, escuchando en mi walkman Dear Prudence, fumando un cigarro, esperando la combi. Quién me verá ver a tu madre hermosa pidiéndome una cerveza en el Pub que teníamos con mi cuñado Guillermo o escuchará su voz diciéndome “mejor no estamos,no funcionará”. Quién nos verá felices en Obrajillo perdidamente enamorados y quién las noches que pasábamos escuchando Depeche Mode, tomando vino. Quién verá su rostro diciéndome: “creo que estoy embarazada”.
Quien sentirá el dolor de mi garganta de adolescente gritando mientras marchaba: “Cuarenta!!!”. Quién verá mi risa abierta, después de unos porros en las noches barranquinas de los noventas o quien me verá manejando hacia la casa diciéndome: “ya soy papá,ya soy papá”.
¿quién los verá o escuchará? ¿dónde están?
Tú los verá, tú los escuchará, mi Rafaella.
Ya están en tu rostro de un año: todo lo que acerté y me equivoqué y que me llevan esta noche a ver tu rostro. Sin estas vivencias tú no estarías acá. Cuando puedas leerlo y puedas entenderlo estarán en tu rostro de mujer mayor recordando a tu padre. Todos estos recuerdos son tuyos, tu los veras a través de tus ojos e imaginarás lo que yo viví y sentirás lo que yo viví, porque nunca podrás dejar de ser mi hija y siempre sabrás que te amo y te amaré y yo veré tu rostro desde otro lugar no físico porque siempre te acompañare.
Feliz primer cumpleaños Rafaella
Te ama , papá.
Quién escuchará el aceite hervir en la sartén donde tu abuela me preparaba el almuerzo antes de ir al colegio 3023 y quién mirará mi sonrisa al ver a mi madre ponerme la insignia de policía escolar con cordón rojo o escuchará mi llanto en el cuarto de los hombres de la pequeña casa de mi padrino, por escuchar la canción “mi viejo” de Piero - solo tenía 6 años y ya saboreaba la melancolía-.
Dónde quedaron las noches cuando buscaba a mi hermana que miraba a su hermano menor preocupado por ella y se escapaba de casa donde no soportaba el que ya fuera una adolescente libre. Quién verá su sonrisa liberada por el alcohol diciéndome: “no te preocupes, diles que no me encontrastes”.
Quién me vera patinar feliz a los 11 años en el parque Senati, sintiéndome libre, y quién me vera ver a Cecilia con mirada enamorada, bailando la música de los huevones de “Menudo” solo porque ella era fanática y yo me moría de ganas de besar por primera vez; quién sentirá el dolor en las palmas de mis manos al saber que me dijo que no y quién verá los labios de Gina diciéndome que "sí quería ser mi primera novia".
Quién escuchará la voz llorosa de mi hermano en el dormitorio, drogándose delante mío y diciéndome: “tu nunca lo hagas, cabezón, nunca lo hagas” y quién vera verme correr con cinco años a los brazos de mi padre y agarrar su brazo fuerte o quién escuchará a Víctor Jara cuando le preguntaba a mi hermana mayor qué era el comunismo y ella, una universitaria samarquina de los 70, me contestaba segura y sin dudas: “lo justo”.
Quién me vera en la noche fumar cigarros en el invierno del 84, convertido en cadete del viejo colegio militar Leoncio Prado, o leer la carta de Magaly diciéndome: “espero que se acabe tu castigo en el colegio para podernos vernos mi amor”. Quién me vera corriendo borracho por el parque de las mil veredas escuchando Narcosis huyendo de los policías, evitando la batida cagándome de risa, o quién me verá pogear con Los Erecthus, escuchando ACDC y, luego, mi madre preocupada por verme borracho otra vez. Quién me vera bailar boleros con ella solos en la sala de mi casa ya con veintitantos años,o verá su rostro cercano a la muerte diciéndome “te extraño mucho”. Quién verá el rostro de tu abuelo al enterarse que choque el carro borracho, otra vez, diciéndome: “yo ya estoy viejo, es hora que madurez”.
Quién me verá triste escuchar a Charly Parker y verá el rostro de mi hermano en la noche de apagón diciéndome: “me voy del Perú ,no volveré a regresar, confía en el señor cabezón. ¡Vamos, cabezón, abrázame que no volverás a verme!”. Quién me observará ver la calle desde muy alto deseando saltar y ser libre por una puta vez.
Quién escuchará las risas de mis hermanos y mis padres alrededor de la mesa familiar y ser feliz por ser parte de ella o quien verá a través de mis ojos de púber el cartel colgado por mis hermanas en la fachada de mi casa “feliz año 1980”. Quién me verá en el centro de Lima mojado por la lluvia, de inicios de los noventas, escuchando en mi walkman Dear Prudence, fumando un cigarro, esperando la combi. Quién me verá ver a tu madre hermosa pidiéndome una cerveza en el Pub que teníamos con mi cuñado Guillermo o escuchará su voz diciéndome “mejor no estamos,no funcionará”. Quién nos verá felices en Obrajillo perdidamente enamorados y quién las noches que pasábamos escuchando Depeche Mode, tomando vino. Quién verá su rostro diciéndome: “creo que estoy embarazada”.
Quien sentirá el dolor de mi garganta de adolescente gritando mientras marchaba: “Cuarenta!!!”. Quién verá mi risa abierta, después de unos porros en las noches barranquinas de los noventas o quien me verá manejando hacia la casa diciéndome: “ya soy papá,ya soy papá”.
¿quién los verá o escuchará? ¿dónde están?
Tú los verá, tú los escuchará, mi Rafaella.
Ya están en tu rostro de un año: todo lo que acerté y me equivoqué y que me llevan esta noche a ver tu rostro. Sin estas vivencias tú no estarías acá. Cuando puedas leerlo y puedas entenderlo estarán en tu rostro de mujer mayor recordando a tu padre. Todos estos recuerdos son tuyos, tu los veras a través de tus ojos e imaginarás lo que yo viví y sentirás lo que yo viví, porque nunca podrás dejar de ser mi hija y siempre sabrás que te amo y te amaré y yo veré tu rostro desde otro lugar no físico porque siempre te acompañare.
Feliz primer cumpleaños Rafaella
Te ama , papá.
¿dónde esta papa? from gustavovidal on Vimeo.
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