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Mostrando entradas de septiembre, 2012

Viejo corazón

Cuando te conviertes en papá entiendes todo, entiendes que eres parte de algo más complejo; algo que te sobrepasa. Hasta antes de ver a esa persona que cambiará todo, eres el de siempre (por lo general, el mismo desde los 20 años) y llega él o ella (en mi caso, es ella; eres tú, mi amada Rafaella) y todo cambia. Entiendes recién que todo avanza, que el tiempo realmente se va volando. Quieres que pare, como quiero que pare todo ahora. Rafaella, eres tan hermosa con tus tres años que quiero que dure para siempre, pero no es así princesa, todo esta en movimiento. El tiempo, mas que cualquier otra cosa, es palpable y literalmente vuela, no para tí, pues todavía todo es nuevo; la vida es una aventura y mi deber como padre es que lo sea para siempre para tí, que no te enfrasques en la desidia o en la estúpida idea de que tenemos derecho a ser infelices o deprimirnos. No pierdas el tiempo en eso, maravíllate siempre amor, la vida es un viaje bueno, que no te contagien algunos