Tu mundo se achica. Vives en esos planetas de los personajes del "El Principito". Tu mundo al comienzo era enorme, donde dabas piruetas y volantines; ahora se esta achicando cada día más.
Extrañas la libertad de movimiento, Rafaella. Tu mundo dejó de ser totalmente liquido y ahora con tu cuerpo mas grande descubres las fronteras de tu universo, lo quieres ampliar y no puedes, quieres darte vueltas y no puedes, estiras tu pies con fuerza, con mucha fuerza, y no sabes las patadas que le metes a tu mamá, nena, no sabes; sólo sientes que tu mundo se achica , no sabes que tu eres la que crece.
"Esta con insomnio", se queja tu mamá con el rostro soñoliento. Me cuenta que la despiertas a las 3 a.m., que te das vueltas y vueltas y la pateas y que se soba la barriga y que te dice "cálmate rafaellita ,cálmate hijita" y tú nada de calmarte y no dejas de patearla. Mis dos mujeres en conflicto unidas. No sabes que tu mundo se achica, nena, y tampoco sabes que la pateas a tu mamá y yo sólo sonrío con esa sonrisa boba de papá que tengo últimamente en la cara; no puedo evitar sonreír, nena. Entre las dos me han vuelto papá y me imagino las discusiones en la que las dos me dejarán en el medio y me tendré que bancar ser el medio y te imagino adolescente, nena, diciéndome que necesitas tu espacio y me voy a acordar inevitablemente de tus patadas y me veras sonreír y sentirás que no te tomo en serio, que no te entiendo y que por eso necesitas tu espacio. Te diré que sí te entiendo, pero inevitablemente usare palabras de papá que no serán para ti la correctas y me imaginaré de tu edad ,etc…
Ya falta poco nena , muy poco y conocerás nuestro mundo y verás como con el tiempo comprenderás y reirás hasta que crezcas y tu mundo nuevamente se achique y no nos comprendas nuevamente, así es la vida, Rafaella, así es la vida. Lo bueno de todo es que podré verte vivirla…
Extrañas la libertad de movimiento, Rafaella. Tu mundo dejó de ser totalmente liquido y ahora con tu cuerpo mas grande descubres las fronteras de tu universo, lo quieres ampliar y no puedes, quieres darte vueltas y no puedes, estiras tu pies con fuerza, con mucha fuerza, y no sabes las patadas que le metes a tu mamá, nena, no sabes; sólo sientes que tu mundo se achica , no sabes que tu eres la que crece.
"Esta con insomnio", se queja tu mamá con el rostro soñoliento. Me cuenta que la despiertas a las 3 a.m., que te das vueltas y vueltas y la pateas y que se soba la barriga y que te dice "cálmate rafaellita ,cálmate hijita" y tú nada de calmarte y no dejas de patearla. Mis dos mujeres en conflicto unidas. No sabes que tu mundo se achica, nena, y tampoco sabes que la pateas a tu mamá y yo sólo sonrío con esa sonrisa boba de papá que tengo últimamente en la cara; no puedo evitar sonreír, nena. Entre las dos me han vuelto papá y me imagino las discusiones en la que las dos me dejarán en el medio y me tendré que bancar ser el medio y te imagino adolescente, nena, diciéndome que necesitas tu espacio y me voy a acordar inevitablemente de tus patadas y me veras sonreír y sentirás que no te tomo en serio, que no te entiendo y que por eso necesitas tu espacio. Te diré que sí te entiendo, pero inevitablemente usare palabras de papá que no serán para ti la correctas y me imaginaré de tu edad ,etc…
Ya falta poco nena , muy poco y conocerás nuestro mundo y verás como con el tiempo comprenderás y reirás hasta que crezcas y tu mundo nuevamente se achique y no nos comprendas nuevamente, así es la vida, Rafaella, así es la vida. Lo bueno de todo es que podré verte vivirla…
Hermano, te leo y los ojos se me cierran. No es que leerte me aburra, lo sabes; pasa que Miranda está en casa y la ha tomado por completo. Somos sus subditos. Al principio, luché, no quise aceptar que alguien me imponga sus reglas -que solo ella conoce-, pero no, aquí me tienes: vencido y babeante. No falta nada, ya te tocará. Nos tomaremos unas chelas, reiremos y, sobre todo, bostezaremos. Un fuerte abrazo, el papá de Miranda.
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