Es cierto, nena, choque el carro, como en las películas en la que el papá se entera que ya va a dar a luz la esposa y se pone mas torpe, pues lo mismo le paso a tu papá (cada vez me doy mas cuenta que soy un tipo muy común, nena). Estábamos en camino a la clínica, teníamos una consulta ese día y tu mamá y yo no habíamos dormido bien. Yo presentía que ibas a nacer porque tu bisabuela que nunca se equivoca me lo dijo en sueños, pero mi lado incrédulo se resistía. Salimos tarde para la consulta y yo soy muy exagerado con la puntualidad, nena (ya me vas a conocer y seguro te aburrirás de eso). Estábamos muy cerca de la casa de tus abuelos y por cruzar muy rápido le choque el carro a un tipo muy buena gente, pero muy salado (era la segunda vez que le chocaban en esa semana). Tu tío Guillermo me ayudó como siempre, lo llamé y él arreglo con el tipo. Tu mamá no estaba amarga, sorprendentemente, estaba tranquila acariaciándose la barriga, acariciándote, nena. Subí al carro y nos fuimos a la clínica, manejando muy despacio.
“Rafaella nace hoy” nos dijo la doctora. Yo estaba con una cara de pavo asustado, nena. La señal del sueño se había cumplido.La doctora nos contó que la subida de presión y el tener una placenta envejecida podían ser un riesgo, nena, así que “lo mejor era inducir el parto y si eso no resultaba había que hacer una cesárea”. Tu mamá y yo nos veíamos y sonreíamos nerviosos. La doctora nos dejó solos unos minutos -nunca ví tan hermosa a tu madre, nena-, nos abrazamos, estábamos felices de que vinieras, pero a la vez muy nerviosos.
Es así nena que después de un choque y una cita de rutina nos quedamos en la clínica: tu mamá se alistaba para el parto y yo para ser tu papá.
“Rafaella nace hoy” nos dijo la doctora. Yo estaba con una cara de pavo asustado, nena. La señal del sueño se había cumplido.La doctora nos contó que la subida de presión y el tener una placenta envejecida podían ser un riesgo, nena, así que “lo mejor era inducir el parto y si eso no resultaba había que hacer una cesárea”. Tu mamá y yo nos veíamos y sonreíamos nerviosos. La doctora nos dejó solos unos minutos -nunca ví tan hermosa a tu madre, nena-, nos abrazamos, estábamos felices de que vinieras, pero a la vez muy nerviosos.
Es así nena que después de un choque y una cita de rutina nos quedamos en la clínica: tu mamá se alistaba para el parto y yo para ser tu papá.
Hola Gustavo,
ResponderEliminarTodavía recuerdo la linda fiesta de tu matrimonio y ya llegó Rafaella... Felicitaciones, es preciosa. Sigan disfrutando de su presencia. Un abrazo para tí y Marienella desde Zürich.
Que linda historia, te comentaré que así como rafaela yo tambien nací en una fecha media rara , cuando habñia toque de queda, y nadie podia salir en el gobierno de Alan García y nadie quería llevar a mi mamá al hospital, ni los bomberos, me llevaron en carro policia y llego al hospital con las justas, ...pero rafaela tendrá una anecdota que la hará más fuerte, ya que a pesar de los problemas ella nació, besos Jessica Zaferson
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